martes, 11 de mayo de 2021

EL CINE QUE UNO HACE

 Este martes, a las 6h, un amigo me regaló unas preciosas palabras, en la forma, como él lo presenta, de un pequeño homenaje personal. Habla de mí como de uno de los padres modernos del cine en Canarias, y lo que yo veo es una actividad intermitente a lo largo de varias décadas, más de cuatro, que es lo que más destaca, una energía que se apoderó de mí en mi adolescencia y todavía no me ha dejado, que me ha permitido seguir con esto del cine a lo largo de los años, de tal manera que mi filmografía constituye mi biografía, hacer películas forma parte de mi vida. 



Escucho a algunos cineastas tirar la toalla, decir que se han frustrado sus expectativas, como si hacer cine para ellos fuese un medio para alcanzar una fama efímera, como si hubieran echado por la borda unos años preciosos y malgastado unas energías que, aplicadas a otros quehaceres de la vida, hubieran dado otros frutos, no hablan de las alegrías que les provocó un rodaje sino de sus sinsabores, de todo aquello que no funcionó como hubieran querido. Las películas que uno hace, pienso yo, no constituyen algo ajeno, sino que concentran en un solo objeto las ideas, los pensamientos, las emociones, que primero se bosquejaron en palabras y luego se transmutaron en imágenes vivas. 

Cada película condensa la energía de cada una de las personas que la llevaron a término, es la huella visible de un trabajo creativo compartido. Cada película es un milagro, una piedra preciosa de múltiples facetas, una cápsula de tiempo lanzada a las siguientes generaciones. Dice que soy para él un referente, un ejemplo y un maestro, pero tengo que decirle que también él es para mí un maestro, que algunas de sus películas han marcado para mí nuevas metas en mi trabajo y que, como buen alumno, trato de alcanzar ese punto de extrañamiento capaz de acuchillar lo real, como diría Buñuel, romper el velo de la apariencia de las cosas y llegar al otro lado, quizás por esto le gustan algunos de mis cortos, como la incomprendida “Al borde del agua” o la inaccesible “Después del diluvio”, donde me gusta acercarme al misterio que rodea nuestra vida, y yo admiro su pequeña joya “El aire de un día”, que supuso su particular revelación del Cine Leve, o la minimalista “Espacio para un poema de buenos días”, pequeñas piezas de orfebrería.

Este es el texto, aparecido esta mañana en el muro de Facebook:

Ángel D. Sang (David Delgado Sanjinés)

11 de mayo de 2021 6h

Hoy quiero hacer un pequeño homenaje personal a un buen amigo, uno de los padres modernos del cine de Canarias, Josep Vilageliu, incansable autor que cuenta con más de 60 trabajos acreditados en 52 años como cineasta. Se puede consultar dicha filmografía en su blog 'En pos de la ballena blanca', siendo posible acceder a través de enlaces a 39 obras.

En el presente siglo ha realizado nada más y nada menos que 31 trabajos (que se sepa), entre cortos, mediometrajes, algún largo y documentales, impensable para la mayoría de cineastas. Esa intensa actividad creativa es empujada por una pasión y búsquedas sin límites que desembocan en un estilo muy personal, ramificado en diferentes formas y narrativas. 

Aunque yo sabía de Josep y sus obras desde los años 80 (a través de pequeños artículos o notas de prensa), no le conocí personalmente hasta algo entrado este siglo, a pesar de que me lo llegara a encontrar en algunas proyecciones a finales de los 90 (habitamos en distintas islas), pero mi legendaria timidez siempre me ha mantenido a raya de la mayoría de la gente, a veces para bien y otras para mal.

Josep casi siempre tiene a bien enviarme enlaces de sus trabajos antes de darlos por terminado, y anteriormente, aprovechando las idas y venidas para sesiones de proyecciones o presentaciones, nos intercambiábamos dvds, incluso de películas viejunas de gente vanguardista como el inclasificable José María Nunes, catalán como el mismo Josep. 

De los trabajos de los últimos febriles 12 años (por hacer un corte), seguramente mis favoritos, a causa de mis propias tendencias, son 'A la deriva', 'Reflejo en rojo', 'Nube9', 'Rondó’, 'Paraísos', 'Al borde del agua', 'Página en blanco', 'Teatro de sombras' o 'Después del diluvio’, todas ellas cargadas de sugerentes conexiones entre fondo y forma, entre dentro y fuera, entre lo que se dice, lo que se anota como un duermevela o se expulsa en apariencia: diálogos, silencios, rostros, luces, colores, roturas comunicativas, eros, ensoñaciones, tono clásico, aire experimental…,un auténtico crisol creativo que muy pocos y pocas cineastas de las islas pueden poner en juego. 

Y de su etapa primera e intermedia se debería hacer una seria revisión, y no estaría de más que las nuevas generaciones conocieran un poco de dónde viene parte de toda esta pasión actual del audiovisual canario (que no obedece únicamente a la búsqueda de una industria, o al modo globalista-digital de ver y sentir el mundo y a la “democratización” de las herramientas). 

Josep Vilageliu, para mí, es un referente, un ejemplo y un maestro, y además es muy buena persona y depositario de muy buena conversación y alto intelecto. Afortunadamente tengo varios referentes cineísticos de nuestro entorno, y al menos en ese aspecto no me he sentido tan solo o desvalido.

Por otro lado, desafortunada e injustamente (digan lo que digan), en los últimos años los diferentes encuentros, certámenes y festivales de las islas lo han ido dejando de lado, y este tema lo aparco aquí para no levantar susceptibilidades, y más ahora, que se ha creado una brecha casi insalvable entre profesionalidad creativo/industrial y amateurismo creativo/independiente, con marcas y tendencias de ciertos estilos visuales y narrativos, incluso experimentales, pero sobre todo con obras tendentes a ciertos mercados. Al final, como casi siempre, caemos en cierto materialismo pragmático de las cosas y del mundo, y en ello también hay mucho manierismo. Pero me temo que no es sólo un asunto local, sino universal.

Le deseo muchas películas más al bueno de Josep. Sé que en estos momentos está ultimando una nueva, pero también estoy seguro de que está pensando en las siguientes.

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P.S.: además de la actividad personal, Josep tiene como costrumbre mantener al día una impresionante base de datos filmográfica de cineastas de las islas, así como la de regalarnos excelentes análisis de algunos trabajos que le interesan y, de vez en cuando, publicar en libros colectivos o revistas/anuarios especializados.

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