jueves, 15 de septiembre de 2016

JORNADAS DE CINE CANARIO EN ICOD

¿En Icod, dices? Eso queda muy lejos de La Laguna. ¿Y en el Casino? Elvira Tricás, al otro lado del teléfono, me invita a poner algunos de mis cortos. Está organizando unas jornadas de cine canario. Es actriz de carácter, la invitan cuando necesitan “una mujer mayor” en alguno de los cortos que se realizan en la isla de Tenerife. Estuvo en el TEA cuando se estrenaron, y ahora quiere conocer más de este cine que entrevió en aquella sala, entre aplausos y felicitaciones de los amigos y conocidos. Cuando lleva ya tres meses proyectando ininterrumpidamente cortos canarios todos los jueves, decide que ya es hora de reunir a directores y actores para que hablen de su cine.



Llego veinte minutos tarde (los carteles de los desvíos de la carretera de circunvalación, siempre equívocos, me llevaron hasta el pueblo siguiente, contemplamos el Roque de Garachico  y allí mismo dimos la vuelta para intentarlo de nuevo) y me cruzo con Vasni Ramos que sale del Casino como quien se va a dar un paseo. Todavía no ha empezado, me dice, a Iván López se le ha ocurrido grabarlo en vídeo y subirlo a las redes sociales, así que voy al coche a buscar un trípode.

Y allí estamos, siete representantes del cine canario, frente a un pequeño grupo de personas interesadas en el tema, que incluye a más representantes del cine canario (Irene Álvarez y Norberto Trujillo, también actores, entre otros que no conocía). Como diría Elvira Tricás, en la presentación, como si un grupo de laguneros se hubiera trasladado a Icod para seguir hablando de lo mismo de siempre.

O sea, que qué  es esto del cine canario y si existe o no, nos lanza Iván López, moderador de la mesa, también él realizador de cortos canarios, eterna pregunta que me persigue desde que llegara a las islas en 1973 y que en este blog intento dilucidar, a partir de la imagen metafórica de la ballena blanca, ya saben, el rodaje de la mítica película Moby Dick en las aguas canarias, una película rodada en Canarias que podría haberse rodado en cualquier otro lugar del mundo (las aguas del mar del norte eran demasiado bravas y habían destrozado la maqueta del pavoroso mamífero), y nada salvo el horizonte marino sirve para identificar el lugar donde se rodó el film.

Vasni Ramos nos abarca con un amplio movimiento de su brazo y luego repite el mismo gesto sobre el escaso público sentado ante nosotros. Esto es el cine canario, afirma con contundencia. El cine canario no interesa a nadie. El cine canario no existe.

Bravo, me digo, el debate ha empezado con furia. Y es que todos los invitados resultan muy vehementes en sus opiniones, sobra pasión. Lamberto Guerra dividido entre la defensa de sus compañeros los actores y la de sus compañeros los directores, la actriz Sofía Privitera defendiendo con encono el esfuerzo tras cada cortometraje y la existencia de alguien, aunque sea una sola persona, que quizás le guste mucho tu trabajo (su relato de una mediocre cantante callejera frente a una pizzería en París, que gustaba tan solo a tres comensales, nos hizo tronchar de risa). Tana González y Dennis García, los más jóvenes, en la busca de un cine narrativo que guste a la gente, sin perder unas mínimas señas de identidad. Vasni repitiendo aquello de que vivimos en una burbuja, pensando que esto es una especie de Hollywood donde todos se creen grandes productores, inmensos actores y actrices ensayando palabras de agradecimiento tras cruzar la alfombra roja y geniales directores que no conoce nadie.

Por esto insisto en que vengan también actores y actrices a las presentaciones de los cortos, afirma Elvira Tricás, son ellos los que atraen al público. Pues sí, pienso yo, un poco de star system no nos iría mal, porqué siempre se entrevista a los directores, como si fueran los reyes del mambo. Una película es el producto del esfuerzo de mucha gente. Gente que se deja la piel. Y los actores dan la cara, literalmente.

¿Y por qué entre ustedes se hacen sangre, peleando y criticando el trabajo de los demás, se pregunta la joven productora Nadia Castilla sentada un poco más lejos? Sí,  por qué no hacer piña y defenderse frente a las instituciones y buscar locales para poner las pelis y maneras de ponerlas en valor y comercializarlas y obligar a la televisión canaria que es pública para que las exhiba en horarios razonables y a quien sea que le ponga un poco de dinero a la desfalleciente filmoteca canaria para que disponga ya de una salita permanente donde uno pueda acudir a ver cine canario o cine hecho en Canarias por canarios genuinos o residentes más o menos permanentes o cine americano o sueco rodado en cualquiera de las islas o cine hecho por canarios en cualquier parte del mundo.

Vasni Ramos cuenta que un día consiguieron una proyección en el cine Víctor, con cortos que habían gustado en algunos festivales internacionales.

El cine Víctor es el único superviviente de las grandes salas de exhibición en Santa Cruz de Tenerife, tras la reconversión de los cines en multisalas y su posterior cierre, un cine hermoso, de elegante arquitectura, sostenido a duras penas con los mejores estrenos tras un periodo de muerte anunciada.

Pues bien, aquella noche apareció una pareja despistada que acudía a la sesión de noche para ver “The Martian” de Ridley Scott. Se les comunicó que se había suspendido la sesión y que en su lugar se ponían unos cortos canarios. Decidieron, contra todo pronóstico, entrar en la sala y dejar la película de Matt Damon para otro día. A la salida se les preguntó qué les había parecido, y ellos afirmaron que se habían reído tanto y se lo habían pasado tan bien o mejor que si hubieran visto el largometraje. Pero, ¿eso existe? ¿se hacen estos cortos aquí?, preguntaban incrédulos.

Tana y Dennis se quejan de las malas críticas que han recibido tras el pase de sus cortos, ¿de qué críticas hablan?, pienso yo, que yo sepa la crítica de cine hace tiempo que ha desaparecido de los periódicos. ¿En los blogs? Los escasos blogs de cine que hacen un paréntesis para comentar algún corto canario suelen ser muy benévolos. Tana y Dennis hablan de insultos (tu película es un truño, te dicen), de inexactitudes en un artículo portada en El Día (¿alguien todavía lee El Día?). Será que su aldea global es distinta a la mía, cavilo al verlos tan exaltados. Lamberto Guerra afirma que él no criticaría nunca a un colega. Pero hay capillitas, grupos que compiten unos contra los otros, será que ven los cortos en youtube porque en la sala cuando se estrenan solo van los amigos. Quizás no sean tan amigos. Nadia Castillo quizás tenga razón, aquí no hay quien viva. Y el público, ¿qué hacemos con el público?

Sale el tema de los seleccionadores de las muestras y festivales, sobre quién tiene autoridad para decidir qué cortos entran y cuáles no son dignos de ser proyectados. Surge, como de pasada, el elitismo en el Foro Canario, el cine de autor versus los narradores, y la necesidad acuciante de hacerte con cuantos más espectadores mejor, que no se pueden hacer películas para uno mismo y cuatro amigos, o que sí, que hay directores cada uno con su estilo y sus manías y segmentos de público distintos, pero cómo hacérselo llegar, cómo interesar a un posible mecenas de que tu corto va a ser una obra maestra. De modo que cada uno se explaya como quiere y van pasando los cuartos de hora y las medias horas y después va la proyección de “Crónicas del desencanto”  el primer largometraje leve de Daniel León Lacave, y son ya ¿casi las once de la noche?

Pero Irene quiere saber si los de la mesa han pretendido alguna vez vivir del cine, y que cuantas veces un actor ha cobrado por su trabajo. Bueno, casi todos han hecho algún trabajito, pero ¿vivir del cine? Está la publicidad, claro, están las bodas, y algunos actores han podido participar en un culebrón de la tele canaria. Y decir tele canaria y se incendió la sala.

Elvira Tricás nos conmina a seguir peleando, a ser fieles a nuestras ideas. Ella ha puesto un grano de arena, un espacio donde dar a conocer nuestros trabajos, una mesa desde la que poder dirimir nuestras diferencias. Ella no ha discriminado a nadie, cada director ha tenido la libertad de seleccionar sus cortos en este ciclo de cine canario organizado por la Asociación Emeterio Gutiérrez Albelo.

Ojalá se extienda este tipo de iniciativas privadas, que nuestros cortos se puedan ver en Los Realejos, Guimar o Guía de Isora mediante ciclos itinerantes y los actores y actrices, ahora sí, puedan firmar autógrafos o dejar que les inviten los mecenas de la cultura, con los paparazzi preparando los flashes, en un Hollywood modesto aunque sea de cartón y piedra.