Me encuentro con la sala grande del espacio cultural Aguere
llena hasta los topes de chicos y chicas con los nervios a flor de piel. En
pocos minutos, después de ver una selección de los cortos que han realizado
durante este trimestre, se sabrá quienes son los ganadores. Sergio González, maestro
de ceremonias, no deja de repetir, micrófono en mano, que el premio es estar ya
allí, poder ver los cortos en una pantalla grande, en una pantalla de cine.
Me llama Fernando del Espacio Cultural Aguere para que
participe como jurado en un concurso de cortometrajes para escolares que ellos
organizan. Fernando pertenece al mundo de la música pero es un entusiasta de lo
audiovisual y nos echa una mano a
todos aquellos que intentamos hacer cine, poniendo a nuestra disposición
la sala de cine para proyectar nuestros cortos.
No se trata de un festival en sí, sino de poner en valor el
trabajo de un montón de chicos y chicas de centros escolares de Santa Cruz de
Tenerife y La Laguna, y proyectar una selección de los mejores cortos
producidos a lo largo del curso, resultado de las charlas y talleres de cine
que el periodista Sergio Negrín, de Centrífuga Producciones, puso en marcha
hace ya tres años, con el nombre de Educar los Sentidos.
El objetivo de Despertares es inyectar el virus del cine en los chicos y chicas a
edades tempranas. Este tipo de iniciativas es el semillero de la nueva generación de cineastas
canarios. Los cortometrajistas que irrumpirán con fuerza en la próxima década.
Centrífuga Producciones puso en marcha una multitud de
proyectos relacionados con el cine en la ciudad de La Laguna, el Festival de
Cine Gastronómico (CineEsCena) y el Festival de Cine de la Naturaleza y el
Hombre (Naturman), que tuvieron varias ediciones, así como el festival de Cine
exprés La Laguna Plató de Cine, que atrajo a un montón de actores y cineastas,
algunos se desplazaron desde Las Palmas de Gran Canaria, y llenaron la sala de Aguere Cultural
con sus gritos y aplausos en la sesión de cierre del festival.
Pero Centrífuga Producciones no ha podido hacer frente a la
rémora de las administraciones en el pago de los dineros comprometidos para la
organización de los eventos y ha tenido que colgar el cierre, espero que
provisional, incapaz de llevar adelante los nuevos proyectos con las garantías
necesarias.
Así se ha quedado huérfano el festival de cine exprés y el
proyecto Despertares de realización de cortos en los centros escolares. Por
cierto, el nombre procede de una experiencia didáctica que llevamos a cabo hace
varios años, promovida por CajaCanarias y que nosotros organizábamos, y cuyo
recuerdo Sergio Negrín quiso preservar, dándole continuidad (un proyecto más
bien teórico, donde enseñábamos a mirar).
Así que, cuando me llamó Fernando, me encontré algo así como
regresando a los orígenes de un proyecto didáctico absolutamente necesario que
David Arias, profesor del colegio La Salle de La Laguna, ha seguido organizando, esta vez
en solitario.
Me veo de un tirón los 36 cortos, tres como máximo para los
14 centros participantes, resultado de una primera criba pues alguno de los
centros llegó a presentar cuatro o cinco cortos, hasta siete uno de ellos, tal
fue el entusiasmo, donde algunos grupos ya habían realizado cortos en las
anteriores ediciones del festival y se presentaban con ventaja sobre otros
grupos de alumnos que se atrevían con su primer corto.
No me gusta eso de seleccionar cortometrajes, menos premiar
unos trabajos en detrimento de otros, y menos aún ponerles notas en una
planilla que contemplaba varios aspectos y que, de modo automático, hace la
media y da los ganadores sin que uno haya podido analizar los cortos de una
manera global. Siempre hay un factor subjetivo. Y una responsabilidad. Porque
los premios conforman un modelo de cine que los chicos y chicas interiorizan,
un modelo a imitar en los próximos certámenes, una manera de entender el cine y
no otra.
Pantalla partida en "30 derechos"
Desconozco las enseñanzas que han recibido, la duración de
las sesiones teóricas o los fragmentos de películas que analizarían, pero
descubro en estos cortos multitud de soluciones expresivas que van desde
experimentar diversos formatos (incluido el vertical de los móviles), texturas
(alternar el blanco y negro con el color, saturación de colores) y
multipantallas a servirse sin reparo alguno de la diversidad de cortinillas que
los programas de edición ponen a su disposición.
formato vertical en "Otra salida"
formato vertical en "Es justo y necesario"
Al principio me incomodaba este frenesí con las cortinillas
(que el pop heredó del cine mudo) sin una lógica que justificase una solución u
otra. Pero también me hizo pensar que experimentar es precisamente eso, dejarse
llevar por el trazo y los colores como hacen los niños al agarrar unos
rotuladores y llenar la página de garabatos.
Sus modelos son otros, pienso, distintos al cine que yo veía
a su edad, a los modelos vigentes en aquel momento, siempre en constante
cambio. El cine es mutante por naturaleza. Han sido otros factores los que le
llevaron a consolidar un modelo de representación en detrimento de otros
caminos que algunos francotiradores habían explorado.
Y todo para poder contar una pequeña historia de menos de 4
minutos, relacionada con los derechos humanos. El cine como expresión de sus
dilemas, de su manera tan diversa de enfrentarse al mundo. Y así aparecía el
bullying como la temática más repetida, el acoso a la diferencia, a aquello que
es nuevo y no entendemos, al raro, al indefenso. Y también, pero en menor
medida, la solidaridad o la insolidaridad frente al inmigrante ilegal, la
violencia contra las mujeres y cómo afecta al entorno del niño, el embarazo no
deseado, la transexualidad, los desahucios, el acoso cibernético o la bulimia (vista como una
consecuencia del acoso escolar).
El acoso en "Es justo y necesario"
Encuadre con profundidad de campo en "Es justo y necesario"
Respecto a otros años, los finales violentos y dramáticos
superaban a los finales felices y poco creíbles. Se vieron toda clase de
suicidios, palizas sin cuento y una muerte por disparo, como si la pulsión
genérica (el cine de terror, el thriller) hubiera encontrado un resquicio
dentro de los contenidos políticamente correctos que se les pedía (y que
algunos confundieron con un spot institucional).
Reminiscencias del cine negro en "Obsesión"
Una de las cosas que más me sorprendió fue la utilización
del off en muchos de los cortos, en especial el uso expresivo del espacio
sonoro. En “El diario de Max Confield”, uno de los cortos más originales, el
protagonista es un chico que inicia un diario grabándose a sí mismo. Nos
muestra su cuarto, a una amiga (la única), la clase, el patio. Poco a poco
elementos fuera de cuadro van irrumpiendo con una violencia que va en aumento.
Al final, al desconectar el aparato, escuchamos unas voces llamándolo, los
golpes a la puerta y de inmediato la sirena de una ambulancia, todo contado en
pocos segundos de oscuridad.
En “Mi refugio” casi todo ocurre fuera de plano. Un travelling
de alejamiento en una habitación vacía, al inicio del corto, se llena con las
voces airadas de un hombre y una mujer. Luego vemos al niño en su cuarto, intentando
leer un comic de Tintín, intentando no escuchar la discusión interminable de
sus padres. Un montaje percutante de planos cortos expresa el agobio.
En “Miradas cruzadas” se recurre al montaje diacrónico de
sonido e imagen. Un grupo de chicos y chicas se reúnen para ver un partido de
fútbol, pero lo que ve el espectador, como si lo estuvieran dando en la tele,
son imágenes de un grupo de inmigrantes en una patera, con el sonido del
partido de fondo y los vítores de los chicos animando a su equipo.
En algunos cortos destaca la elección de los lugares donde
ocurre la acción, la angosta escalera de paredes de color rojo chillón por la
que asciende uno de los chicos en “Otra salida” o los muros llenos de grafitis de
“Vive los dos lados”.
colores y texturas en "Otra salida"
localizaciones adecuadas en "Vive los dos lados"
En “No tengas miedo” veo una sabia utilización de la
cámara en movimiento, donde cada plano narra una situación sin necesidad del
contraplano, acercándose o alejándose de algún personaje o siguiendo al grupo
mientras se establece un protocolo para atajar una situación de acoso escolar.
Más clásica a nivel narrativo es “El otro” (que se llevó el
primer premio). Se apoya en la voz en over de la protagonista, en busca de una
explicación convincente (para su madre y para sí misma) del hecho de sentirse un
chico encerrado en el cuerpo de una chica. Comienza con un plano de la
protagonista vista de espaldas, caminando por la calle en dirección a su casa.
El siguiente plano encuadra sus botas al caminar y el tercer plano se fija en
cómo viste. Todavía no le hemos visto la cara, pero las imágenes ya nos están
diciendo que la manera de vestirse va a tener una importancia crucial en el
corto.