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domingo, 1 de junio de 2025

TERTULIAS LEVES EN LAS PALMAS

Ya está, las luces se apagaron, y también las voces. Los empleados del CICCA nos invitan amablemente a abandonar el espacio cultural. Todavía es pronto, son apenas las 9, pero tras una charla informal nos despedimos de los miembros de la asociación de cine Vértigo que han acudido. Me agradecen que también yo haya acudido a mi propia retrospectiva y yo les reitero las gracias por haber pensado en mí y dedicarme tres lunes consecutivos para que alguien pueda ver mis trabajos. La verdad es que todo es un poco raro.


El ciclo comenzó el día 12 de mayo (mayo es el mes que se dedica al cine canario, al igual que lo hace la televisión canaria), con cinco cortos representativos de mi cine de los 70. La verdad es que en aquellos primeros años del cine amateur en Tenerife, mis cortos resultaban bastante incomprendidos, tanto por el resto de los cineístas de la asociación a la que me había apuntado, como por los críticos y comentaristas que publicaban invariablemente en las páginas de los periódicos locales, El Día y La Tarde. En los festivales que organizaba la Caja General de Ahorros mis cortos pasaban desapercibidos, eclipsados por el buen hacer de los hermanos Ríos, Roberto Rodríguez, Fernando H. Guzmán (que pronto caería en desgracia cuando le dio por rodar largometrajes) o Siliuto. Yo llegaba con mi bagaje de Barcelona y aquí no se comprendió, pensaban que no sabía hacer cine porque no me salía rodar una escena a base de plano contraplano. La verdad es que ahora tampoco. 


Cajas de cartón recortadas para los rótulos de los clubs nocturnos en Página 45

Pero de repente la cosa cambió, o más bien cambiaron los que decidían a quién había que conceder premios, y un buen día, contra todo pronóstico, mi estrambótica Página 45, rodada con total libertad, sale ganadora en la IV muestra de Cine Canario. Incluso me había permitido saltarme la sacrosanta regla del racord: salté de un plano medio a un primer plano del protagonista con un pañuelo en la mano, que es primero blanco y cuando le llega a la cara para limpiarse la boca es rojo sin que mediara ninguna explicación. Claro que estábamos ya en el año 79 y Franco se había muerto. Romper el raccord había dejado de ser pecado.




Por cierto, este premio me cambió la vida, pues me abrió la posibilidad de participar en el programa de cine canario de la TVE en Canarias, y participar con mi guión de Iballa en la siguiente fase del programa, una ilusionante fase en la que la propia cadena entraba en la producción de la película. Subrayo lo de ilusionante porque, a pesar de que la coproducción con Yaiza Borges se llevó a cabo, el proyecto se frustró y no tuvo la continuidad necesaria. Este fue uno de esos momentos cruciales que hubiera supuesto la consolidación de una industria de cine canario, un proyecto que años después podría haber recuperado la televisión canaria, tal como reaparece en todos los debates con los cineastas canarios, al hilo de la publicación del libro de Eduardo García Rojas.   

Hacemos las pertinentes pruebas de sonido en el espacioso local del CICCA y les pido que disminuyan el tamaño del encuadre. Las películas de super8 nunca habían sido proyectadas en estas megapantallas de hoy en día. En su momento, se tuvo que trucar el proyector de super8 con una bombilla de mayor intensidad para que pudieran proyectarse en el Círculo de Bellas Artes y no se oscureciera la imagen, dado el pequeño tamaño de la cinta. 


Me preguntan si me quedo a ver los cortos, pues muchos realizadores prefieren salir fuera y regresar para el coloquio. A mi me gusta encontrarme en medio de los espectadores, sentir su respiración durante la proyección, como si viera mis cortos a través de sus ojos. No sé si les van a gustar o les puedan interesar películas tan viejas, tan artesanales, tendré que esperar hasta el final de la sesión, pero al observar su inmovilidad, atentos a la pantalla, me tranquilizo. El coloquio resulta muy entretenido, a pesar de que mi incipiente sordera me impide a veces entender las preguntas. Es curioso, pero a pesar de lo distintos que son los cortos, un espectador ve una coherencia que los hermana, una actitud de búsqueda hacia nuevas propuestas, a salirse de la norma, una actitud, afirma, que he mantenido hasta el presente. Siento que las películas empiezan a dejar de ser mías.


Con los compañeros de la asociación de Cine Vértigo


Más tarde, cuando me reúna con la cuadrilla de los leves para tomar unas cervezas, intentaremos descubrir qué nos une y qué nos separa en nuestra particular manera de entender el cine y nuestro trabajo. Y es que el cine de David nada tiene qué ver con el de Pedro, con el de Daniel o con el mío, y es precisamente esta diferencia lo que hace distinguible el cine de cada uno. Lo curioso es que individualmente no nos damos cuenta, pensamos que cada película que hacemos es diferente de las demás. Es precisamente la mirada del otro la que encuentra un hilo, una semejanza, esa coherencia de la que se hablaba en el coloquio. 


Se nos ha unido un profesor de instituto que ha descubierto el Cine Leve. Es redactor de V.O., una revista de cine de la península que ya va por el número 346 y yo sin saber que existía. El año pasado conectó conmigo porque iban a dedicarle un número al cine canario y quería hacerme una entrevista, porque Claudio Utrera, a quien también ha entrevistado, le dijo que era uno de los que más sabe de cine canario.  Esa noche me entrega la revista y compruebo que lo que dice Claudio y lo que digo yo difieren: la opinión de Utrera es que el cine canario ha alcanzado su mayoría de edad, con películas que llegan a los festivales; yo en cambio le hablo del cine leve y del cine de David Delgado, para mí uno de los grandes, aunque ahora mismo los nuevos valores del cine canario  que revolotean alrededor del Festival de Cine Internacional de Las Palmas de Gran Canaria le hayan marginado. Un cine que está de moda, afirmo en la entrevista. Me parece curiosa la revista, porque es la primera vez que se publica un estudio sobre nuestro cine desde fuera, pues aparte de Marce Cotilla, todos los redactores son peninsulares. 

David Delgado, Daniel León Lacave, Pedro García, Josep Vilageliu y Marce Cotilla

Lo cierto es que Marce ha conectado con Daniel León Lacave, porque durante aquella entrevista me preguntó si conocía alguna película en la que la ciudad de Las Palmas tuviera una presencia importante, y le hablé del largometraje Los días vacíos. Ahora Daniel ha ido al instituto donde imparte clases Marce y con los alumnos repetidores, los más marginados del centro, han rodado un pequeño corto, y ambos están entusiasmados, porque Dani se ha reencontrado con aquel Dani ilusionado que daba sus primeros pasos en el cine. "Ojalá alguien me hubiera echado una mano, yo que era un marginado más en aquella época", nos confiesa mientras nos encaminamos al CICCA. 


Esa noche se viene con nosotros y participa en nuestros interminables discusiones sobre cine. Nos empantanamos, no sé por qué, con el debate sobre la moralidad del travelling de Kapo. Dani defiende el film de Pontecorvo y arremete contra Rivette y su artículo sobre la abyección, del cual confiesa que no ha visto ninguna de sus películas. La discusión sobre la moralidad del travelling en los años 50-60, con Godard a la cabeza, (el crítico Luc Moullet, al analizar el cine de Samuel Fuller, afirmó que la moral es una cuestión de travellings) fue el punto más álgido en el debate sobre la responsabilidad del cineasta ante las opciones formales de la puesta en escena de una película (por ejemplo, cómo puede representarse una escena de sexo). 


Cuando llegamos a lo del cine leve nos acaloramos de nuevo, pues resulta que cada uno lo entiende a su manera. Según David, si se rueda con ansiedad no es cine leve. Uno de los espectadores en el coloquio habló de la levedad como una transparencia hacia lo real, o eso me pareció que decía. Como que te colocas vitalmente en una posición de escucha hacia lo que te rodea. El cineasta no puede imponer su idea, sino dejarse impregnar por el aquí y ahora, ser uno con el todo, añade David en la tertulia. La creación sería una forma vital de estar en el mundo, y el cine industrial es lo contrario de todo esto, con su sufrimiento constante, el estrés y los malos rollos. René Martín me dijo hace pocos días que ahora que trabaja para las grandes y medianas producciones no se siente un profesional acreditado sino un simple número. A la mayoría de productoras que medran en el suelo canario no les interesa el cine sino simplemente hacer dinero.  


El siguiente lunes se proyectan Iballa, La ciudad interior y A la deriva, más de dos horas de proyección, no habrá coloquio y no me desplazo a Las Palmas. Me parece una sesión excesiva y no sé si los espectadores aguantarán, porque además de la duración son películas densas, sobre todo las dos primeras. Les llamo al día siguiente y parece que han sobrevivido.


El lunes 26 he quedado con los leves para comer, pero solo se presenta David, los demás están muy atareados. Hoy estrenamos Mujer Gato y me gustaría que estuvieran presentes todos los que colaboraron en la grabación en Las Palmas, pero David Santana se fue a vivir al Japón y parece que se va a quedar allí una temporada larga, Cathy Pulido me escribe que quizás no le dé tiempo y efectivamente no aparece. Quién sí se presenta es Claudio Utrera, y al rato veo a Sergio Morales sentado detrás de nosotros. Pero nadie más conocido. El número de espectadores se ha reducido desde el primer día y ahora apenas hay cuarenta personas, supongo que las que han venido es porque les ha gustado lo que han visto hasta ahora. Nos queda media hora para el coloquio y lo que más les intriga es el trabajo con los actores o la elección del blanco y negro en Mujer Gato


El director y la modelo en Mujer Gato

A alguien le ha incomodado la prevalencia de la mirada masculina, no sé si se refiere en mi cine o en una película concreta. Claro que hay una mirada masculina en la primera parte de Mujer Gato, pero en un momento dado los hombres desaparecen de escena y son las mujeres quienes van a hablar de los hombres. Eso suscita un debate a posteriori y Dani nos recuerda que Cathy y Cristina detectaron en el ensayo previo que las mujeres no hablan como estaba en el guión y se les dio la oportunidad de hacerlo a su manera. 



La mirada masculina en Reflejo en rojo

En Reflejo en rojo se cuestiona esta mirada, y en Paraísos, e incluso en toda la serie de las "naturalezas muertas", la mujer es la más activa, incluso en un momento dado aparece como una diosa con unas tijeras de podar en la mano en vez de rayos.


La mujer diosa en Paraísos


Como en anteriores noches, regresamos al mismo local, Ca´Jonás en la calle La Peregrina, y nos sentamos en la misma mesa junto a la ventana que da a la calle, a través de la cual siempre hay alguien que nos pide dinero y nos increpa. Y siempre pedimos lo mismo, sandwitches club partidos en cuatro trozos. Es un lugar de referencia y al término de alguna proyección de cine canario la calle se llena de cineastas con un botellín en la mano y las conversaciones cruzan las ventanas del interior al exterior y viceversa. Uno de los camareros se acerca a la mesa y le pregunta a Dani si se acuerda de él. Resulta que participó en un rodaje suyo hace ya algún tiempo, es que Las Palmas es un pañuelo.


Si sufres en un rodaje es que no es cine leve, sentencia David, y es que Dani lo ha pasado muy mal en el último rodaje. El productor no ha quedado satisfecho con el largometraje y le exigía cambios. Finalmente ha tirado la toalla: ¿quién es al autor del filme, el director o el productor? Ambos creen que la criatura es suya. 


El personaje del director que interpreta Rábade en Mujer Gato tampoco hace cine leve, porque siempre duda y ni siquiera sabe explicarse. En la escena junto a la charca de las ranas reitera que a él no le interesa escribir un guión, pues "a quién le puede interesar un guión".  Cristina: "Pues a mí, a las actrices y actores, si no, ¿cómo podemos construir nuestro personaje?". Risas de los espectadores (eso funciona, me digo).




Son las actrices las que llegan a una especie de revelación. El final en color sí es cine leve, ellas han hecho lo que han querido y se han divertido. Tras varias cervezas se cruzan los diálogos y los temas. Pedro ha definido mi cine como el del cuerpo y de camino al hotel le pido que argumente su opinión, pero solo le saco que, a diferencia de otros directores canarios, filmo muy bien los cuerpos, tanto de los hombres como de las mujeres. Muy caballerosos, los leves me dejan en la puerta del hotel. 



 


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